Según la física cuántica, todas nuestras posibilidades están teniendo lugar simultáneamente, no obstante cuando enfocamos nuestra atención en la realidad, apenas una posibilidad se concibe como real para poder experimentarla como experiencia de vida.
El problema es que, debido a nuestras dependencias emocionales, acabamos repitiendo patrones indeseados, considerando que, pese a las infinitas posibilidades de elección que tenemos, no poseemos la capacidad de encaminarnos hacia lo diferente. Y – como consecuencia – pasamos a repetirnos indefinidamente.
Si deseamos algo intensamente, hasta el punto de perder la referencia de quienes somos – de nuestra identidad conocida – y nos convertimos en el deseo en sí, lo nuevo puede emerger en situaciones totalmente inusitadas.
METODOLOGÍA PARA CREAR EL DÍA: (Traducción del texto de Joseph Dispenza)
Al despertar, conscientemente creo mi día, tal como deseo que sea. Me tomo un tiempo, y mi mente examina las cosas que puedo hacer, hasta que llegue a un punto que me interesa, que es la intención de la creación de mi día. Tras crear mi día, pequeñas situaciones inexplicables suceden. Sé que son el proceso y el resultado de mi creación.
Y esto, cuanto más lo hago, más una red neuronal se va construyendo, haciéndome aceptar que es posible. Dándome el poder y el soporte que me incentiva a repetir todo al día siguiente.
(Entonces se convierte en un patrón. De este modo nos abrimos a la posibilidad suprema de descifrar las diferencias creadas en nuestros días).
Estoy consciente de que en todo instante estoy diseñando mi destino.
Desde el punto de vista espiritual, estoy conscientemente aceptando las ideas de que nuestros pensamientos afectan a nuestra realidad y así a nuestra vida. Porque la realidad es igual a la vida. La vida que creamos.
Estoy tomándome ese tiempo para crear mi día, por lo tanto afecto de modo consciente el campo cuántico de las múltiples posibilidades.
Entonces hago un pacto cuando creo mi día:
Si de hecho hay observadores, como yo mismo lo soy, y si están acompañándome durante todo el tiempo de mi creación; si existe un aspecto espiritual en mí, entonces mostradme una señal de que yo he creado y haced que sucedan situaciones de la forma que espero; que yo pueda sorprenderme con mi habilidad de sentir esas cosas y que yo no tenga dudas de que eso proviene de vosotros.